El patito feo

Escrito por H. C. Andersen
Adaptado por Laura Wittner


Había una vez una granja donde vivían un granjero, una granjera y toda clase de animales: de cuatro patas, de dos, con pelos o con plumas; unos tenían cola larga, otros tenían pico; algunos tenían dientes y otros no. Estaban los que sabían correr y estaban los que sabían volar. Y no faltaban los que preferían nadar. En este grupo se encontraban un pato y una pata que habían decidido formar una familia. La Señora Pata empollaba los huevos desde hacía ya tanto que ni se acordaba cómo era estirar, justamente, las patas.

Una mañana, al levantarse, los animales de la granja sintieron que el aire estaba caliente y pesado. Ese día el pasto parecía más verde y más oscuro, y el cielo no era celeste sino azul.

–¡Verano, por fin! –gritaron a coro. Corriendo desde cuchas, cuevas y corrales, animales y animalitos llegaron hasta el estanque y... ¡al agua pato!

Al agua pato, pero no “pata”. La Señora Pata no podía dejar el nido. Sus patitos estaban por nacer. Desde lejos miraba la diversión, con ganas de que al menos alguna amiga pasara a visitarla. Con el cuá-cuá-cuá que todos conocemos, se puso a cantar una cancioncita suave. Fue entonces que se oyó el primer crak. Crak es el ruido que hace un huevo al partirse.